«Tratad a los demás como queréis que ellos os traten»

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El evangelio de hoy (Mateo 7,6.12-14) nos recuerda la regla de oro, 
«
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en
esto consiste la Ley y los Profetas.
» .  Quisiera compartir con ustedes el comentario de San Vicente de Paul referente a este texto.

 

¿Cuál es el primer fruto de la caridad? ¿Qué es lo primero que hace un corazón animado por ella? ¿Qué es lo que sale de él diferenciándolo de un hombre faltado de la misma? Es hacer a cada uno lo que razonablemente quisiéramos que nos hicieran a nosotros; en eso consiste lo que distingue la caridad. ¿Es verdad que hago a mi prójimo lo mismo que deseo de él? ¡Ah! es un gran examen que debemos hacernos... Fijémonos en el Hijo de Dios: ¡qué corazón más lleno de caridad, que llama de amor! Jesús mío, dinos un poco, por favor, ¿qué es lo que os ha hecho bajar del cielo para venir a sufrir la maldición de la tierra, tantas persecuciones y tormentos como habéis recibido? Oh Salvador, fuente de amor, humillado hasta ser uno de nosotros, hasta recibir un infame suplicio ¿quién ha amado al prójimo como vos mismo? Habéis venido a exponeros a todas nuestras miserias, a tomar la condición de pecador, a llevar una vida dolorosa y a sufrir una vergonzosa muerte por nosotros. ¿Hay otro amor semejante al vuestro?... Sólo Nuestro Señor puede estar enamorado así de las criaturas hasta dejar el trono de su Padre y venir a tomar un cuerpo sujeto a los sufrimientos. ¿Y por qué? Para infundirnos, siguiendo su ejemplo y su palabra, la caridad para con el prójimo... Oh amigos míos, si tuviéramos un poco de este amor ¿nos quedaríamos con los brazos cruzados?... ¡Oh no! la caridad no puede quedarse ociosa; nos empuja a la salvación y a la consolación de los otros.   San Vicente de Paúl (1581-1660), presbítero, fundador de comunidades religiosas Conferencia del 30/5/1659.  Extracto de: www.evangeliodeldia.org

He subrayado la frase final, para una corta reflexión personal. 
Dios nos está haciendo un llamado pues hay muchos que necesitan de nuestro amor, hoy reina la desesperanza, el error, la depresión y Jesús es la solución a todos estos males, es por una parte el médico y por otro lado la medicina.  Si tu ya lo has descubierto, no te puedes quedar callado, no puedes olvidarte o guardar para ti este secreto, sino que compartirlo con todos, en especial con los que viven cerca tuyo, de manera que la salvación y consolación de Dios pueda llegar a quien lo necesita.  Este deseo de Dios no se puede lograr sin ti, tu tienes una misión importante que realizar, Dios necesita de ti.  Te invito a mirar a tu alrededor, mirar dentro de tus amigos, tus familiares, y ver quien necesita del amor de Dios, es allí donde Dios te está llamando (sino vez a nadie, ¡pídele al Señor que sane tu ceguera!. Y luego vuelve a mirar).  Pidele a Dios que te muestre a una persona en concreto que necesita de tu amor, que necesite del amor de Dios.  Esta persona, quizás no quieran escuchar hablar de Dios, ni de Jesús, no importa, pues se puede hablar con las buenas obras, con el ejemplo, con la atención de sus necesidades, simplemente manifestándole el amor de Dios a través de tus acciones, y luego pidele a Dios que te llene de su amor, y ve donde esa persona a entregarle todo el amor que tanto necesita.  Te aseguro que si tu y yo tomamos esta actividad como un estilo de vida, veremos un cambio radical en nuestra vida, pues el Reino de Dios habrá llegado a nosotros.  Dios te bendiga. 
M.R.V.


 

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